martes, 27 de julio de 2010

ESTIMULA A TU PAREJA 155 700 0707 - 150 700 7000 -150 700 2000


Una relación sexual consta de principio, desarrollo y final, y olvidarse de una de estas partes puede cambiar la experiencia en conjunto. Los juegos eróticos preliminares son necesarios para inundar el entorno de erotismo, aumentar el deseo, y que tú y él se exciten al máximo antes de empezar el coito. Sin embargo, besar, abrazar, acariciar, lamer, arañar y mordisquear, no son sólo un preámbulo, también son todo un placer en sí mismos y estimulan la sensibilidad de sus zonas erógenas.

Primero, estimúlalo con un masaje

Hay muchos tipos de masajes, pero los eróticos tienen una carga sensual que los sensibilizará a ti y a tu chico, preparándolos para llegar al cielo.

La presión del masaje debe ser la adecuada, es decir, mayor que una caricia pero menor que un masaje terapéutico. Tranquilízalo deslizando tus manos sobre su cuerpo y haciendo presión con las yemas de tus dedos en el siguiente orden:


Hombros y nuca. Masajea sus hombros y nuca para distensionar el estrés acumulado, proporcionarle alivio y preparar el camino para el placer.

Espalda. Sigue el masaje por los costados hasta su cintura y sube por la espalda deslizando tus pulgares a los lados de la columna vertebral, esto le dará una sensación de lo más deleitable.

Glúteos. Con tu compañero extendido boca abajo, con tus dedos pellizca suavemente los músculos de sus glúteos.

Muslos. Continúa el masaje a partir de la rodilla, subiendo lentamente con todos los dedos hasta los glúteos. Hazlo suavemente en el interior de los muslos que es más sensible.

Pantorrillas. Son tan importantes como los hombros porque en ellas se concentra mucha tensión y estrés. Ablandar sus músculos favorece aún más la entrega de tu amante.

Pies. Necesitan un cuidadoso masaje con los dedos pulgares en la planta, el arco y los dedos, presionando centímetro por centímetro.


Después, enciéndelo con caricias


Roza sensualmente la yema de tus dedos con cada parte sensible del cuerpo de tu hombre: cara, brazos, pecho, abdomen, cada zona erógena, incluso las más sensibles como los genitales. Con esto lograrás relajar sus músculos de las tensiones y estimularás la segregación de las hormonas de la excitación, preparando su cuerpo para iniciar el coito.


Todas las zonas de su cuerpo reaccionarán ante tus caricias, pero algunas exigen que antes de seguir con el recorrido de caricias, te detengas en ellas y les dediques más tiempo, como los labios, los lóbulos de las orejas, las areolas y los pezones, el triángulo púbico, el interior de los antebrazos y de los muslos, las plantas y los dedos de los pies.


Un poco de creatividad


Si piensas que únicamente con las manos puedes realizar caricias, estás equivocada. Es conveniente que uses tu imaginación y acaricies su piel de una forma distinta y original que despierte en él sensaciones inesperadas.


La cantidad de caricias fascinantes es tan extensa y placentera como tu propia iniciativa te lo permita. Puedes improvisar caricias como éstas:


Sube lentamente tus pies por la parte interna de sus piernas, desde el tobillo hasta la ingle.
Desliza suavemente tu rodilla entre sus glúteos.


Roza casi imperceptiblemente tus labios con todo su cuerpo, y acaricia con la punta de tu lengua las zonas más sensibles.


Roza con tus pechos su espalda, dibujando en su piel tenues caricias con tus pezones.
Usa tus dedos para acariciar en formas circulares su pecho, desde afuera hacia el pezón

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